En Brasil, las llamadas “Festas Juninas” nos ayudan a conocer la diversidad cultural del país, porque los bailes, la música, la comida y los juegos adquieren diferentes colores regionales.
Sin entrar en los pormenores de los orígenes, vinculadas a las tradiciones de los colonizadores portugueses y a la religiosidad campesina, es importante recordar que las referencias a Saan Antonio, San Juan y San Pedro buscan asociar detalles de la vida de estos santos con la vida cotidiana en el campo, en un ambiente divertido y alegre.De ahí la boda en el campo, la hoguera que sociabiliza, los fuegos artificiales que iluminan el cielo e invitan a contemplar el firmamento.
Una de las atracciones imperdibles de las “Festas Juninas” es la cocina, cuyo menú incluye variaciones de platos elaborados con maíz, como la canjica, el pastel de maíz, el curau, la pamonha y, según la región, ingredientes como los piñones y los cacahuetes.
Como puede ver, el Carnaval es una de las motivaciones para lanzarse en la cultura brasileña. Pero las “Festas Juninas” son otra bellísima opción.
Algunos lugares paradisíacos del nordeste son increíbles para unir turismo y fiesta típicas en tu viaje.
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